Gerardo Barbera

LA PILDORA DEL AMOR

 

Era un atardecer floreado,

de intensa primavera.

Yo leía unos poemas

como un niño enamorado:


"Yo soy el calor de tu piel,

la espina que descubre la flor,

quiero soñar que te quiero

y robarte el corazón..."

 

Se esfumaron mis años,

y pensé en el amor,

en mi esposa, mi mujer

¡Caramba, ya hace tiempo!

Y aquella noche sería un loco,

huracán de pasión,

los dos en un solo abrazo

nos amaríamos como siempre

en la misma canción.

 

Seguí leyendo los versos:


"Besaré tus secretos y los míos,

hasta que pierdas la mirada

y tu piel enamorada

sienta mi espina en el alma..."

 

Compré tres píldoras de amor,

me tomé dos....

guardé una para el momento final.

Llegué a la casa,

todo en silencio...¡perfecto!

Abrí la puerta del cuarto...

¿Y la mujer? ¡Feliz, dormida!

¡Desgraciado poeta!

 

Ahí en la pequeña mesa

guardo la última píldora.

Quién sabe si algún día

  encuentre a la mujer despierta.