ALVARO J. MARQUEZ

TÚ ERES EVA

"Los amores así como vienen se nos van,/ ya casi ninguno los disfruta./ Debe ser que ya yo no soy tan galán/ ni tú eres tan p…".

 

Mi estimada y hermosa mujer sin ombligo,

Es un gran placer poder compartir contigo

Y decirte que sé muy bien quién eres…

En aquel lugar que llamaban “paraíso”,

entre tantas maravillas que Dios hizo,

fuiste tú la primera entre las mujeres.

 

No había un televisor para entretenerte

Y con tu marido tuviste la gran suerte

De ser tú en el momento, la única mujer.

No había Internet ni existía videojuego,

Adán podía irse y decirte hasta luego

Y tú sabías que siempre iba a volver.

 

Una de tus cosas que a cualquiera alegra,

Es saber que nunca tuviste una suegra…

Ni Adán tampoco la tuvo de tu parte…

Y era tan afortunado tu esposo Adán,

Que no importaba si era galante o patán,

Igual siempre le era fácil conquistarte.

 

Como sabías que saliste de su costilla,

Cada día al llegar se las contabas chiquilla,

Para asegurarte de seguir siendo la exclusiva.

Y no eras en verdad tan celosa exactamente,

Pero los chismes que te contaba la serpiente

Te convertían en una mujer muy posesiva.

 

Los culparon por comerse una manzana,

Pero a una mujer como tú, buena y sana,

Yo la dejaría hasta comerse una sandía.

Que algo como eso ni siquiera se discuta,

Si ustedes se hubiesen comido otra fruta,

A lo mejor lo que sucedió no sucedería.

 

Creo que la manzana es la real culpable,

Eso me parece en verdad lo más probable,

Además, seguro que tenía hasta gusanos.

Al final, un simple fruto en mal estado,

Viene a ser culpable del original pecado

Con el que hemos vivido los humanos.

 

Sé que eres Eva pues no tienes ombligo

Y por eso siglos después aquí te digo,

En el nombre de Dios y hasta del amor,

De tu historia teniendo conocimiento pleno,

Que Adán quizás haya sido muy bueno,

Pero yo seguro lo hubiera hecho mejor.

 

Una última cosa quiero ahora decir,

Aunque muchos tal vez puedan sentir

Que las cosas así muy bien no están,

Pero la verdad te ves tan joven, tan nueva,

Que me pregunto si tú fuiste Eva,

Por qué Dios no quiso que yo fuera Adán.