Encierro ciento en mi soledad
en este cambio incierto
si escucharas mis gritos
ahogarias mis penas
en tus delirios.
Por que no me oyes,
por que no ves,
si te grito desde mi altivez,
recuerda las horas amargas
en que te vi morir,
recuerda las horas felices
en que te vi sonreír.
No digas que la soledad
también te alcanzo
y que de tanto golpear
entonces entro,
sera por eso que pasan
las hojas en el viento,
sera por eso que todo es gris,
sera por eso que fallecen mis fuerzas,
sera por eso que te perdí.
Me niego a dar referencia
de decir que es una quimera,
de estas torpezas
mezquinas
en que hallas tus fuerzas.
Vete si así quieres
no regreses con tu ingratitud,
a quien le hace falta
una rosa blanca
de tu plenitud.