En dónde estás ahora
estrella solitaria
que llenaste de luces
mi pálida existencia?
En una noche fría
busqué tu fiel refugio,
y he allí que quedé yerta
al comprobar tu ausencia.
Volvieron hasta mí
esas noches errantes
plagadas de silencio,
y mis ojos vaciaron
todo un mar de tristeza
por tu amada presencia.
Sigo lanzando al cielo
mi agónica mirada,
con la esperanza ciega
de verte aparecer
para llenar de nuevo
este inmenso vacío,
y que mi ser ya deje
por fín, de padecer.