Pablo Diaz

La negra del molino.

En medio de la villa,

 funciona ya cansado aquel

viejo molino que la negra

Roxana resguardaba, cuan

si fuera su dueña.

 

Un día de regocijo, se

encontraba la negra

aferrada al molino y el

viento enfurecido sopló con

tanta fuerza que desvestido

el cuerpo de Roxana quedó

mostrando sus pudores.

 

Mientras todos miraban,

riendo a carcajadas, rajada

en llanto estaba la negra del

molino; porque entre ojos y

risas su vergüenza rodó

como agua que el molino al

suelo había robado.

 

  Parece que el orgullo de la

negra con el viento voló, eso

 parece, que entre ojos y

brisas su vergüenza quedó

ella, muy impotente, sólo

lloró y lloró como quien

tiene roto el corazón.   

PABEDIZ…