He perdonado la voraz herida
del cielo gris de un frío atardecer,
que llovía recuerdos del ayer
sobre ventana de ilusión perdida.
Perdoné la mentira florecida
en los labios de cálida mujer;
ella embriagó mis noches de placer,
yo tomé su veneno cual suicida.
Perdoné la nostalgia que dejara
aquel tornado de letal sonrisa
que azotó con olvido mi fervor.
Perdoné del otoño que secara
y arrastrara mis sueños con su brisa
hacia el final de una canción de amor.
Copyright © 2011 José Luis Calderón
Poesía Agridulce Salpicada de Esperanza.
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