Polvorientas lágrimas ancladas sobre el destino,
sin valor resurgente.
Rumiando perlas como follajes del día,
aquieto la noche.
Almidonada presencia de un pasado acallado,
en ojos de Venecia enmascarada,
portal de otro mundo.
Ruido alborozado de voz vacía,
que envuelve los ecos de un abismo sinfín.
Inmovilidad pasajera en espera
a un no sé qué,
te traes,... mundo!
luz teresa maldonado folkerts