Me quedo callada una vez mas,
mientras el frio de la noche queda del otro lado de las ventanas,
no me canso de escuchar el monótono canto de los grillos,
me siento sumamente complacida de estar en paz hoy,
y antes parecía esperar lo peor de este mundo hostil.
Mis imaginaciones están revueltas.
Imaginar observar un bosque iluminado por la luz de la luna,
una luna sin nada que ocultar de su belleza sin igual.
Oyendo el silencio que siempre me hizo falta oír.
Me vuelvo pálida, lejana, muy serena.
Todo esto me trae recuerdos,
como todo lo que es bueno siempre.
Me gustaría estar así por toda la eternidad,
pero de repente siento un ligero escalofrió,
solo de pensar, y casi estar segura
de que puede haber algo siniestro debajo de tanta pasividad.