Gotas de sangre recorrían su cuerpo,
latigazos despellejaban su piel,
incrédulos escupían su cara,
una corona de espinas rodeaba su frente,
con un madero a costas avanzaba su camino hacia la muerte....
La multitud abucheaba al HIJO DE DIOS,
su ignorancia los hizo dudar de las profecías del Creador;
en un madero fue crucificado, Jesús, el amado, el carpintero, el salvador;
clavos estremecieron sus entrañas,
cada martillazo espolvorizaba sus huesos,
sin fuerzas, con sed, le pide al PADRE perdón por aquellos que lo mandaron al panteón....
Tú y yo de espectadores,
su muerte a cambio de nuestra vida,
su tristeza y llanto a cambio de nuestra felicidad,
los clavos en las manos y pies a cambio de nuestra libertad,
su entrega y perdón a cambio de nuestra redención...
Jesucristo el HIJO DE DIOS,
quien murió en un madero para otorgarme la salvación,
mis pecados fueron pagos,
mi alma fue comprada,
mi guerra fue ganada,
ahora queda en mi si acepto el reto de seguir a aquel que su vida entrego por regalarme el verdadero amor...
Derechos reservados: Iván Enrique Velandia Larrota
Supervisión de Nini Johana Marin Navarro