Recuerdo la historia
de un tiempo pasado;
que por dejarme acongojado,
hoy vive en mi memoria.
Se formó un largo romance,
del cual, nunca disfrute;
cuando busque alegría, no encontré,
y sólo tristeza es lo que alcancé.
Por eso yo debo aconsejar
a los que estas líneas leyeren;
que nunca por lastima estuvieron,
con un ser que no lleguen amar.
Ese es el peor de los tormentos…,
que el humano puede sentir;
sin amor no se puede vivir,
porque nunca estarás contento.
Escucha lo que voy a contar;
es algo real y vivido;
que ahora me tiene afligido,
tan solo dejando el lamentar.
Yo un día sentí pena,
Por una mujer que no quería;
¡y así trunque mi alegría…,
preparando mi propia condena!..
sacrifique todas mis ilusiones
sin importar, del corazón los anhelos…,
quise que encontrará en mis consuelos,
toda la alegría que falta a sus emociones.
¡Era su vida!... un rotundo desencanto;
y yo que también e sufrido,
quise brindar el sentido,
ha esa vida llena de llanto.
Cada tarde, el sol de rojo se teñía,
y aunque yo no la amabas,
jamás nunca la abandonaba,
porque era mi única compañía.
Siempre recompensaba
el sacrificio de mi cariño;
y como la madre a su niño,
ella siempre me acompañaba.
Y es allí, donde comienza el tormento;
se me hizo costumbre su presencia;
mientras se acababa mi paciencia,
no pudiendo estar contento.
Ella con paciencia soportaba
los desairé que le hacía,
y aún así; me quería
con todos los desprecio que le daba.
Cada tarde llegaba,
a mi hogar solitario…
se acabó el calendario,
y ella no me abandonaba.
Un año, y otro año pasaba,
ella, teniendo fe en mi amor
no me causaba dolor,
porque nunca me engañaba.
Yo, mientras más seguro estaba,
sentía que menos la quería;
y que si algún momento se iría ,
para nada me faltaba.
Sin darme cuenta, estaba acostumbrado,
y ella se encontraba convencida;
que a mi lado, no tenía sentido su vida;
y se fue por vez primera, ¡dejándome acongojado!...
hay comprendí lo que pasaba;
al sentir por vez primera su ausencia,
ya me había acostumbrado a su presencia;
y en la soledad de la noche me faltaba.
Hay viene lo terrible de la historia,
al pedirle de favor que regresará;
ya no sabía ni que mismo torturaba,
a los pensamientos en mi memoria…,
Ella volvió, y me sentí arrepentido;
pero tampoco quería que se fuera,
sin ella no había primavera…,
y así; ¡me encontraba confundido!.
Yo quería recompensar y no podía,
a la vez quería y despreciaba,
y así el tiempo pasaba,
entre que se iba y volvía.
Ya no sabía lo que hacía;
la corría y la buscaba;
y ella siempre preguntaba,
si de verdad la quería.
Yo siempre diciéndole “Sin ti no puedo vivir”
ella; siempre creyendo en mis promesas,
y teniendo tan solo tristeza…
¡no encontraba la razón a mi existir!...
¡Sin ella!, no tenía sentido la vida,
todo era tortura llena de angustia;
ella, con la vista al suelo y la cara mustia,
parecía del árbol fruta caída.
¡Con ella! Todo era terrible tormento…,
sentía un desprecio grande y profundo;
y así no había tan solo un segundo;
en el que me encontrase contento.
Su ilusión nunca fue concedida;
ni yo goce de placer, y menos de calma,
fue así, como se troncharon nuestras vidas;
fue así, como se destruyeron nuestras almas…
Luego se dieron comienzo a las traiciones;
y de mi vida comenzó a escaparse,
el alma y corazón, comenzaron atormentarse;
sin poder esclarecer las ilusiones.
Ella, se acostumbró a ser infiel,
yo, me acostumbré a perdonarla,
no quería tenerla ni dejarla.
y tampoco era mía ni de él.
¡yo,!... vivía en medio de traiciones,
sin saber si era costumbre, “o enamorado”…,
solo se que estoy angustiado;
solo sé. ¡que ella, encontró sus ilusiones!....
Ella encontró sentido a su vida,
y al fin logró realizar sus anhelo,
ella, encontró la paz y el consuelo,
mientras en mi; ¡quedó el alma destruida!...
Ese amor me dejo esperando,
y aquí corto esta larga historia;
porque esta confundida mi memoria,
y, porque mis ojos están llorando