RICARDO ALVAREZ

RECONOZCO - de v.p. VERONICA

 

Reconozco su corazón de hoja blanca
donde reposa mi diaria congoja y
retornan enarboladas mis pestañas
del torrente de sus venas carceleras.
Sé de su delgado paso de potro hembra esbelta
regresando de un país remoto sin fatiga,
con el usufructo del aire de mis pulmones
donde agudo y suave retumba su galope en canto de jilguero.
Reconozco sus piernas de istmo redondo extendido,
como dos colosas lenguas
donde mis manos ceden al instante su monotonía nocturna y
sus oblícuas íngles de movediza arena
donde muere la muerte misma,
con la estela de un velo de bandera y firmamento,
el color de mi cielo predilecto.
Cuando duerme en el rumor del cereal doblado
evapora el suspiro de la perdiz amante y sigilosa
del trigo y su siembra.
Con mis palmas de cosecha aro entre los surcos y
mis dedos de alfarero reconocen su mapa rural transitado.