sentada en la mesedora de una casa
con campestre vista y la seductora paz,
contemplo la lluvia y me pongo a pensar:
gloriosa lluvia que acaricia mi alma
y acompaña su llanto con nuves nubladas
y largos sus charcos.
la naturalesa ayuda a mi alma sentida
con su tierna hermosura,
y su escalofriante brisa
que anuncia su llegada y hace su presencia activa.
mas cuando el sol sale
me da la bienvenida y pide sin esfuerzo una sonrrisa.
tanto me regala DIOS cada dia
que todo lo que esta a mi alrededor
me escucha y anima.
por que lo que menos pensamos
nos da alegria y pasamos por alto
la belleza de la vida.