Puede ocurrir cualquier noche que mi higuera no florezca;
Que al ataque de la oruga su brote tierno perezca.
Puede ocurrir una tarde que las vides no den fruto;
Si el sol violento las hiere, sucumbirán al minuto.
Podrá faltar bruscamente, el producto del olivo,
Si trastorna su proceso la mano del enemigo.
Derrotados al embate de insectos, plagas o vientos
No alcanzarán los labrados a dar su mantenimiento.
Al asalto en emboscada de coyotes carniceros
Faltarán en la majada, ovejas y sus corderos.
Si cumpliéndose temores tropilla feroz ataca,
Ríos de sangre corrieran en los establos sin vacas.
Con todo, y contra todo, deleite no faltará;
En aflicción o despojos me alegraré yo en Jehová.
Su mano fiel e invencible lavará todo el horror,
Y gozaré nuevamente de mi Dios y Salvador.
El mismo que sin consejos diseñó cielos y tierra;
Jehová el Señor de señores, es mi escudo y fortaleza.
Si mil quebrantos pretenden marchitarme como a hierba,
Jesucristo hace mis pies ligeros como los de ciervas.
Gobierna cada suceso que yo habré de atravesar,
Y en mis plácidas alturas, sin cansancio me hace andar.