Nacer, vivir, crecer y vivir
niñez, adolescencia y adultez,
formarte y aprender a vivir
no siempre es como pretendes
o como quieren tus mayores.
La vida te va enseñando
y metiendo a veces
en caminos insospechados,
caminos que jamás pudiste
haber pensado ni en sueños,
pero hay que seguir y seguir.
Un error, una tentación,
un querer experimentar
nuevas cosas nos llevan
muchas veces a herir profundamente
al ser que amamos y eso...
eso desata una tormenta,
una tremenda tempestad
que destruye de un plumazo
lo que construiste en muchos años.
¿Cómo reparar el daño causado?
¿Se puede separar el querer y el amar?
Sólo queda esperar que el tiempo decida...
Será duro el camino desde ahora,
pero seguiré luchando por mantener
aquello que construí y que por un error
o por tentación acabo de perder, SIN PENSAR.