Adrian VeMo

Incoherencias

 

Soledades cíclopes por docena en mi rincón

Vanidades con halitosis y hediondas,

rompe las manos del avaro quizá de ahí salgan monedas

y compra con ellas 

lágrimas de hule para el rencor, tal vez así aprende amar.

Sube las escaleras

del cielo a la tierra

brinca de nube en árbol

sin resbalar con el aire,

abre las tumbas de los recuerdos

y que no se escapen de la emoción

los relámpagos de mariposas

que estallan en la memoria.

Baila con el perro en sus sueños

y araña al destino como los gatos

seré de nuevo un niño a mis veintiún años

subjetivo y exento;

pintaré de verde mis miedos en el trinar de los cuervos

le quitaré los dientes a las fobias

y pareceran abejas libando las flores de mi llanto.

No necesito camisa de fuerza

ni yo

ni mis infantes ideas,

estoy cuerdo

como aquel hombre que levanta castillos en el viento

y su nombre no recuerda.