No es éste, un poema, es una mínima expresión del dolor indescriptible y los sentimientos encontrados en el corazón de una guatemalteca que lamenta con lágrimas en los ojos, la partida del gran Facundo Cabral, dolorosa pérdida; un gran hombre, que partió víctima de la violencia, pero quien supo llegar muy hondo y dejar enorme huella en el corazón de muchísimos ciudadanos del mundo. El expresar estos sentimientos ha requerido de mucho coraje para compartirlos en este medio, ante el cual también pido perdón para Guatemala, por haber acontecido en ella.
Con humildad de corazón, pido perdón para Guatemala, amigos todos!
FACUNDO CABRAL
Difícil describir el sentimiento que causa tu partida, Mensajero del Mundo.
Doquier y cuando hubiese ocurrido, el sentimiento de dolor no podría ser evadido ya que tu ausencia priva de seguir compartiendo tus versos y las notas de tu guitarra; mensaje profundo y tan cierto, maduro, cargado de valores, de luces y colores, consejos para vivir la vida en toda su pureza, sencilla, en todo su esplendor, con intensidad genuina. Duele tu partida, los versos que perdemos, que quedaron guardados y tu guitarra callada.
La forma en que te has ido, profundiza aún más el dolor, por ser inmerecida, súbita, grotesca, en manos del pagano que no conoció el amor que de tu pecho por la humanidad brotó. Te sorprendió la maldad, que tu alma no conoció, pues ella siempre predicó bondad. No te diste cuenta de lo que sucedió, te fuiste y en un instante, ¡te recibió el Señor! ¡El momento para el que estabas preparado llegó! Mas para quienes no comprendemos los caminos que te tenía deparados Dios, ahondamos en dolor con lágrimas de rebeldía, lágrimas por la injusticia, lágrimas de tristeza, lágrimas de rechazo por la forma inmerecida en que se arrebató tu vida… lágrimas de vergüenza, lágrimas de rabia por la violencia imperante, ciega, ignorante, comandada por seres que abusan de su poder cimentado en intereses materiales, vanos.
Difícil expresar tantos sentimientos encontrados, que se tornan aún más dolorosos porque el crimen fue perpetrado en nuestra amada tierra, la que a pesar de todo, es el lugar en donde nacimos, en donde supiste ganar admiración, amor, pero en donde no hemos podido evadir la invasión de violencia que exacerba a la humanidad en muchos lugares del planeta. Ahora, la vergüenza nos embarga ante Argentina, toda Latinoamérica y el mundo entero, sentimiento que muchos de nosotros nunca creímos llegar a experimentar.
El conocer de la libertad de tu espíritu, Ciudadano del Mundo, nos ayuda a pensar que no hay en ti rencor y de la misma manera en que has dicho que venimos al mundo sin elegir a dónde, aceptas tu regreso de la misma manera.
Has dejado profunda huella a tu paso por el mundo; huella que se ahonda en cada corazón que ha vivido tu tiempo y que se multiplicará en el de quienes en el futuro repetirán tu inolvidable trova.
Con humildad pedimos a Dios que tu amada tierra, Argentina, perdone a Guatemala y que se contagien los corazones de la grandeza y profunda misericordia encerrada en tus mensajes y llegue a comprender algún día que este pueblo guatemalteco te ama y admira como un verdadero exponente humano quien supo repartir y compartir de sus dones que le prodigó el Señor; como un verdadero ángel mensajero de paz y de amor en nuestros tiempos.
Dios te bendiga y te tenga en el lugar que mereces ocupar en la Gloria Eterna,
Facundo Cabral.
Annabella
10 de julio, 2011