La tarde se oscurece....empalidece tu cuerpo...
castigado por el sol y famélicas son tus piernas adoloridas....
Hoy es fin de tarde para tu vida...pequeña criatura....
permíteme cobijarte al menos poéticamente con mi flor de campana...
de donde irradia mi luz de amor y de solidaridad hacia ti...
mi pequeña criatura desvalida y abandonada....
Tu cuerpo pronto yacerá sobre el suelo....
y tu alma se eleva apresurada a disfrutar del néctar de la flor de campana,
que te extiendo como amparo y cobijo.....
al cabo de unos días solo serás el
remordimiento de quién no te brindo ayuda....
pero tú no necesitas el remordimiento de nadie...
más tú legado....se escucha como un grito ensordecedor a la humanidad....
para que seamos un poco menos indiferente....
cuando te dimos la espalda, y te negamos un mendrugo de pan....
¡El hambre se puede erradicar en el mundo, y no es ninguna utopía, será cuando la humanidad se despoje de sus miserias y rencores que están enraizados en sus corazones y sus mentes…!