Mire atreves de tus ojos,
y vi…tu boquita entreabierta;
Una rosa parecía de miel y néctar
cubierta como caramelo de menta.
Acerque mis labios a los tuyos
para beber la sabia de tu amor
y percibí el estremecimiento de tu cuerpo,
cuando mi boca, tu sexo toco.
Temblaban tus manos como flor,
al sentir mi lengua juguetona
se movía como bandera tu cintura
mientras mi deseo, penetraba
más, y más dentro, de ti con dulzura.
Se apagaron las luces en silencio,
solo el canto de la fuente se escuchaba
los quejidos que salían de tu garganta
y el chasquido de los besos que me dabas.
Retorcimos nuestros cuerpo
como hiedras
buscando el máximo placer
para llenarnos de dulzura y amor
bien perfumado,
con el aroma…de tu rosa, y mi sudor.
Autor. Joaquín Méndez.
Reservados todos los derechos.
11/07/11.