Quiso el destino
que negros cuervos
se cruzaran en tu camino.
Quiso la vida
que las blancas alas
de tus palabras
cayeran abatidas
por aquellos que no aman,
por aquellos que aborrecen
la igualdad siempre soñada
por todos los hombres
en cualquier madrugada…
Quiso la muerte
enamorarte en Guatemala
y tú, loco amante,
la entregaste como arras
tu corazón más tierno
impregnado de balas…
¿Por qué no te bastó
un solo acorde de tu guitarra?
¿Por qué no le recitaste
tus últimas letras enamoradas?
¿Por qué le diste todo tú
si yo aún de ti esperaba
ese verso infinito
esa poesía anhelada?…
Dejas tus raíces argentas
para que una nueva planta
crezca de nuevo en esa tierra
por sicarios siempre castigada
y que entierre con tu sangre
la maldad de las armas…
No eras de aquí…
ni tampoco de allá;
eras viento que compartir,
eras aire de libertad…
Eras la voz en grito
impregnada de amistad,
eras mucho más que un amigo,
eras el maestro Facundo Cabral…
FIDEL HERNANDEZ