Fotografía: Ludmila Foblova
No dormí, ni volvimos
a cerrar nuestros ojos
desde que los abrimos los dos solos,
solos con la ventana
y con el día
que a pesar de su curso no alcanzaba tu nombre
Déjame descanzar en tu regazo, me dijiste
La luna focaliza nuestras almas y somos
más de lo que perdimos cuando no nos buscábamos
Y somos más que nada
más que tiempo Recuerdo...
recuerdo que dijiste
que habías leído algo como esto:
"Cuando la tarde caiga sobre nuestros esfuerzos
ya no podremos volver a levantarla"
La noche junto a ti, la luna en la ventana
mezclandose contigo y una pena mortal
¿Estamos vivos?
¿Estamos los dos muertos?
¿Quienes somos? ¿Qué somos?
Otra vez
Otra vez esa duda sobre el mar,
la luna, la ciudad...
Si tuviera más ojos
Te miraría la vida,
toda la vida: Toda
Todo el tiempo, Darío,
sin más tiempo
Pero luego supimos que no somos el mar
Pero luego volvimos a olvidarlo
Pero luego volvimos a saberlo
Pero ya nunca más nos importó
Ya nunca más
La tarde está tirada en la banqueta
junto a mi corazón (ay, mi corazón)
¿corremos hacia ella?
si ya nunca podremos levantarla
"Es posible
que lo que no dijiste sea mentira"
"Es posible que quieras que lo sea
y que a pesar de todo
te lo diga"
Luego abriste la boca
y un oasis colgaba de tus ojos
Sonrío al verte
No sé si es cierto
Pero no importa
Libélula
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