No hay demora
el tiempo madura
cuando callas
y en ese instante
estas como omnipresente
en el silencio
es como si volviéramos
a empezar,
cada palabra que dejas de decir
desenmudecen otros gestos de tu cuerpo,
ya no me digas que me quieres
no ridiculices este instante
solo quiéreme como lo hacen
los amantes enmudecidos,
en donde nuestras bocas
no evoquen caricias
sino
que lo provoquen.