Una especie de melodía, casi inentendible suena a lo lejos;
Y soy el aire que respiro, y la lluvia que me moja.
Sigo desnudo, erguido en la absoluta nada; Y es cuando tu rostro aparece,
Esbozado en la maraña de mis pensamientos.
Entonces: El dolor….
Tu recuerdo. Tu olvido.
La melodía no tiene intenciones de terminar jamás.
Sinceramente, yo tampoco lo quiero.
Miro mis pies y lloro.
Ya no puedo disimular más; me estoy muriendo.
Te necesito…
Siento frío, algo que no sentí Jamás.
Siento la miseria, aquella de la que tanto
Hemos hablado…
©Maximiliano José Cabrera.