Job Rodriguez

Cuando la luna dejo de nacer

Sonidos de cadenas arrastradas con dolor y cansancio

Sonido de tus parpados entumecidos por un ente sombrío

Tus palabras que cortan profundamente tu garganta

La sangre que fluye por tus inarticuladas palabras

 

El miedo que estremece tu mente

Y arrebata con todo gramo de fuerza

La daga del tiempo que se clava en tu frente

Y la muerte, desgraciada presente

Que ríe mientras tú le llamas, le imploras…

 

Bajo tierra, bajo el mar, bajo el cielo y las estrellas

Tú mueres y nadie lo sabe, más que esa sombra que te acompaña

Producto de una pequeñísima llama

La llama de tu alma…

 

Se rompe en silencio, cuando caen las que deberían ser lágrimas

Mas del color más rojo que la sangre están llenas

¿Recuerdas el sol?

No era más que una ilusión…

Estas contra la pared

Tan gastada de tus esfuerzos por romperla

Tus huesos fracturados hasta el último de tus manos

Tus pies desgarrados, junto a tus piernas que con furia las cadenas han jalado…

Tus ojos ahora blancos… eres ciego pero no por la oscuridad

Eres ciego por ver de cara a la realidad y afrontarla con una furia igual

Un campeón entre las sombras

Y en tu leyenda, firmada en el granito de esa pared

Aquí yace… un hombre que sonrió hasta el último anochecer

Cuando la luna dejo de nacer…