Una dulce maravilla
hoy dibujaré en mi cara,
y al ver nacer el día
se decorará tu alma,
con brisas de amor
consuelo y compañía,
que pintarán de color
a tu mirada en la mía.
Regalarte un tesoro,
que sueña con luz propia,
y en el instante más hermoso
lo guardarás en tu memoria.
Y así dibujaré en tu cara,
esta alegría eterna,
que lucirás en la vida
alejando a la tristeza.
Sonríe, sólo sonríe,
siente el bello latir
del corazón que vive,
y así, en sueve sintonía,
recibe el porvenir
con el sol de una sonrisa.
Porque verte sonreír
es para mí... la felicidad.
Ceci Ailín