Nos conocimos en un lugar un poco particular
en el que muchos entran solo a pasar su tiempo
y casi nada es real.
Fue en un momento de nuestra vida en el cual
ninguno la estaba pasando bien, habían lastimado
nuestro corazón y habíamos dejado de creer.
Quizás fue por eso que Dios nos quiso cruzar
para que juntos nos acompañemos en nuestra
triste realidad.
Y aunque ya no nos hablemos para mi siempre
seras mi ángel, el que apareció en medio de
la desilusión.
Aquel que me devolvió la ilusión y le dio
esperanza y alegría a mi corazón y por el cual
estoy escribiendo hoy.