Soy Ehécatl, el viento,
el aire que recorre playas y riscos,
el que acaricia llanuras y montañas.
Soy el que ve y no es visto
y en ocasiones sólo es sentido.
Soy el que no tiene edad,
el que nadie sabe en que momento ha de cambiar,
ahora hacia el norte, ahora hacia el sur.
Soy el que todo lo ha visto,
el que ha aprendido a callar
y, aunque a veces hablo…
los humanos no se esfuerzan
por hallar las corrientes del viento que han de silbar.
Soy el que mece las hojas sin ser visto,
las que están al ras del suelo,
y las que intentan llegar hasta el cielo.
Soy el que transporta la vida;
el que ha visto pasar las épocas
desde el principio hasta nuestros días,
sin entender lo que es el tiempo,
por eso soy el presente,
porque no tengo pasado ni futuro que anhelar.
Y soy el que no juzga,
y el que sólo escucha con los oídos del viento.