El arado los bieldos y enrejados
Son tesoros de antes mi señora,
No valen si no se riega el campo
Y mejora la espiga con las hojas,
Empapada de agua de los cielos
Reverdece la tierra que la llora.
El trotar de mi borrico fatigoso
Me ciñe al sendero polvoriento,
Piedras que arañan las pezuñas
Y carilloncillo que tañe al viento,
Con mi asno sin fe y sin respiro
Entregado a la vida del ensueño.
El aire me a dicho esta mañana
Que el grano de trigo raspinegro,
No consigue la savia entretenida
Porque el labrantío está agotado,
Y el agua que da vida campesina
No riega la tierra de mis sueños.
Los terrones de polvo sequeroso
Apelmazados sin luz y sin acierto,
Esperando el diluvio que da vida
En campo de negro desconsuelo,
Con la tierra de pena marchitada
Con sed sin ganado y sin granero.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
14 de julio del 2011