Ya no pudo soportar la fuerza de la tormenta;
desprendióse de su tallo y la arrastró la corriente,
mezclándose entre basuras y desechos malolientes
perdió su hermosa figura que admiraron muchas gentes,
con sus hermosos colores y frescas mieles presentes.
Nada la pudo salvar, otra más... No tuvo suerte.
El tiempo no se detiene y nos arrastra inclemente.
Bella flor fuiste algún día entre la ley del más fuerte
y no fuiste trasplantada; otra flor tuvo más suerte.