El deseo y nuestras pasiones;
“se conjugaron en nuestras miradas”
Debutamos el mismo día en una reunión de negocios
Grandes abogados, empresarios y otros profesionales
Todos ellos se conocía y declinaba nuestra presencia
“Porque sin querer se olvidaron de ella”
Tu en un rinconcito y yo al otro extremos
“Tú con tus piernas cruzadas y yo con las mías media abierta”
En ocasiones te hablaban y respondías por instinto;
“sin saber lo que preguntaban”
Lo mismo pasaba conmigo los miraba sin ver;
”porque nuestras miradas se cruzaban”
Tu mirada poco a poco esculpía mi boca
y yo hacía lo propio con la tuya
"Ellos reían y bebían"
Y tú y Yo;
“Nos quemábamos por dentro”
Mi mirada fue penetrando por tú pecho;
“y tus pezones me regocijaban”
Fuiste cediendo poco a poco; “y tus piernas descruzabas “
Mas tus mirada nunca cedió; “y acariciaba mis emociones”
Un torbellino nos envolvió derramando emociones
“llovió entre lo seco de nuestras entrañas”;
“el deseo ardiente que nos quemaba”
"Desmayamos juntos tu en un extremó, yo al otro"
Extendimos nuestros brazos
para recuperar el último suspiro del deseo vivo
Pero se interpusieron gentes que nunca conocimos;
“en esa noche de negocios”
Separándonos de nuestras intenciones
Interrogándonos continuamente;
“que comiste, que bebiste”
Y nuestras miradas retornaron a su origen orbitar
Mas el deseo quedo realmente suspendido en un encuentro real
Y leyendo tus labios y tú los mío;
“Llámame para hablar de negocios “
Y en el aire se conjugaron el deseo y la pasión
a través de nuestras miradas
“Sosteniendo una cita para un encuentro real”
Ramón L. Salcedo
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