Ayer en el jardín merodeando
hallé entre ramas escondidos,
un trío de pichones asustados
que piaban, dentro de su nido.
Estuve vigilando los albores
para verlos crecer en la espesura,
les vi brotar tímidos cañones
que poco a poco se hicieron plumas.
Vi cada día su lenta evolución
sin llegarlos ni una vez a molestar,
pues solo esperaba la ocasión
de verlos algún día lanzarse a volar.
Pero a pesar de tanto esmero
no pude ver lo que anhelaba
porque ellos levantaron su vuelo,
precisamente cuando yo no estaba.
Y yo entre el ramaje frondoso
cada día observando sigo,
para ver si son como nosotros,
que de vez en cuando volvemos al nido.
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