Diletante

SONETO XX

 

Un escondite para lo que siento,

para el amor inmenso que te tengo;

mientras voy, mientras quedo, mientras vengo

un escondite para el sentimiento.

 

Un murallón contra marea y viento

en alredor del amor que sostengo

fijo en el alma; y que también retengo

sin tregua alguna entro del pensamiento.

 

Un escondrijo como valimiento

para en amándote por tiempo luengo,

jamás ser víctima del descontento.

 

Un corazón en fin; que si lo tengo

es para darle al amor que sustento

valor y amparo sin esfuerzo rengo.

 

 

 

 Elmer Cortez