Corrí A ti sin mirar la calle,
y me arrolló la realidad,
hay Tanta necesidad de llEgar a la orilla,
y tomar el autobús de la felicidad,
que Nuevamente he sido un Estúpido, olvidando mi verdAd.
Corrí para abrazarte y sorprenderte
corrí a ti sin mirar la calle,
y me arrolló la realidad,
hoy estoy herido de muerte,
no por el golpe que me ha dado la vida,
si no, por la lágrima que derramas al verme herido.
He muerto por amarte, como un tonto,
un tonto enamorado de ti,
por amarte sin ataduras y sin medida
enamorado de la esperanza y de la paz
que embargaba mi corazón,
al sentir todo ese amor que me das.
Quería morir,
viendo una sonrisa reflejada en tu rostro,
esa sonrisa que causan las sorpresas,
quería llegar a ti, sintiendo el amor nuestro,
corrí y no he llegado a ti.