Suena un fado en el ambiente
y yo me envuelvo en sus notas.
Navego con la corriente
hacia el mar, hacia sus olas.
El fado viene conmigo
y me acuno en su sentir…
las aguas que lleva el río
se convierten en violín.
Y así transito la tarde,
desde el principio hasta el fin,
con mis sueños por los mares
y pensando sólo en ti.
Esa sonrisa que envías,
a través de la distancia
renueva mis alegrías
y afianza mi esperanza.
Mi alma parece un fado,
toda llena de lamentos
esperando lo anhelado
y alegre en sus sentimientos.
Acompáñame en mi barca
que yo remaré en tu vida
para que veas que tu alma
se acompasa con la mía.
Tan sólo un fado en la tarde
para que sientas mis besos.
Te abrazaré como nadie
y te diré que te quiero.
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