(esperar 35 segundos de la música para leer el poema)
Miraba perdidas las estrellas esperando que una bajara
para decirle que el espíritu había vuelto con su llamada
pero por el universo entre nebulosas y agujeros perdió
se su rastro para jamás retornar el amor que la encontró.
Venir tan solo por un instante para dejarla así de herida:
el alma, el corazón y cada sensibilidad por toda la vida;
si ese fue el sabor de una noche que iluminó su llegada,
no se porqué habrá esperado con paciencia a la alborada.
La niña que había dejado de ser mujer para poder amar
fruto de haberse materializado la quimera por divinidad
volvió por la escalera celestial al recuerdo de su infancia
donde jugaba protegida del dolor con dada perseverancia.
Tan apasionado como fugaz fue el paso de aquel cometa
dejando impregnado con su camino esta espacial estela
que mujer y niña se hicieron compañía por la eternidad
sabiendo aquel viajero que ellas jamás volverán a amar.
Vito Angeli