enmanuelmundo

Atras de la lluvia...

La lluvia golpeaba el tejar,

Tocando como para  dejarla entrar,

Gritaba inquieta,  susurraba al borde la  noche su soledad,

La  miraba, y eran sus ojos relámpagos, que cruzaban el espacio.

Dime amigo, ¿ quién no la pudo amar?

Si su cuerpo fue la cálida brisa en  noches de invierno,

Su  pelo fue  la oscuridad en las tardes lluviosas,

Su rosar en mi cuerpo era como el agua en mis  manos…

Como no amarla amigo, si fui lucero en su cielo despejado.

En su territorio, hubiera luchado  por junto a ella, haber estado,

Yo cerraba los ojos,

Presumiendo que en mi pensamiento la encontraba,

Y la dibujaba, como un pintor lo que más amaba,

Luego describía, y eran versos, que a lo lejos resonaban…

Ahhhh, que dura es la soledad cuando te pienso,

Es como mirante en la figura transparente de una imagen,

De una fuente lejana, que se mueve  al son de la vida,

Te alejas, y regresas como presumiendo de tu belleza.

Allá afuera de  este rancho donde te pienso,

Solo eres tú, no me pregunten, si he amado,

Ahora, no hay nadie que llene el vacio que has dejado.

No me cuestionen  de mi soledad,

si es que regresas con el viento de octubre,

quiero oírte sonreír como el viento en los pinos,

no vengas a mí, con lagrimas en tus manos.