El tiempo derribó los alerces,
pero no los pinos
preñados de tus pasiones.
Cuando la madrugada se desplomó
una hoja titubeo y bailo lentamente,
tú seguiste como siempre
en el fresco olor de la mañana
y yo…, yo detrás aturdido,
embelesado por tu amor
y buscando como siempre nuestro destino…
Lástima que hoy no pueda sentirte
y apagar el misterio en tus brazos,
poniendo nombre a tus suspiros
y a tus soledades.
Ya no queda más que esperar la última ronda
y brindar por el designio del oráculo de vida
sin siquiera hurgar los trechos
a la rivera de tu cuerpo en llamas.
Eso me estremece la sangre.
Tal vez otra estación pase sin ti
y se asome el caprichoso juego del sol entre el ramaje
con un taciturno silencio
Yo seguiré como un ciego loco buscando tu estrella
entre los brazos dorados que se asoman.
Ayer el ruido de la lluvia no cambió,
ni cobro el cielo otro matiz,
El color gime sabes?
Así como gime el rojo de tus besos
o el gris de tu llanto
brotando de esos bellos ojos claros.
El tiempo se escapa lentamente
en el umbral del día
nada importa quién soy
una larga avenida
un pedacito de amor
A ésta hora te recuerdo…