Entre tanta oscuridad
dejaré que la luz del día,
aclare mis lágrimas de mar...
Imagíname tratando en vano
de sacarte de mi mente,
y verás el versar estrellado
de esta noche que me envuelve...
y lentamente...
sigilosamente...
Despliega su esplendor
con lágrimas silenciadas
en los confines de mi corazón
y en los umbrales de mi alma.
La oscuridad intensifica
cada hermosa sensación,
de la noche que suspira
en una dulce seducción.
¿Estoy soñando de nuevo?
mis defensas han caído
por los suspiros que hacen eco
en los deseos encendidos,
como estrellas han despertado
de la inspiración de tu voz,
al sentir que tu amor soñado
cruza la noche de mi corazón.
Al alejarme de ti, perdida,
para mirar hacia atrás, enamorada,
fue cuando el ángel de la poesía
vino a refugiarme bajo sus alas.
Ceci Ailín