Tal vez se oculten en un rincón del alma
Los fantasmas que perturban al silencio
O los flecos amarillos de mi espíritu
No quieren que los vea y se disfrazan
De galápagos bajo la tierra húmeda.
De cualquier modo habré de ser paciente
O consultar el I Ching con mi amigo Tao
Este caos simboliza que hay corriente
Y que somos afluentes del mismo río
Atravesados por el rayo de la vida.
La brújula de mi barco a la deriva
Lo repara el relojero de las olas
Amigo de jugar conmigo al escondite
En el laberinto que anida entre las rocas
Donde Baco amontona robles y taninos.
O quizás a estas alturas la marea halla bajado
Y la sirena del Plata nos muestre su cola
aleteando en las marismas de los flamencos
que llevan mensajes de aliento y esperanza
desde el otro lado del océano hasta su orilla.
Mutando está la piel del cocodrilo
que comía abejas y se hizo acupuntor
Las caléndulas desayunan con los lirios
Alimentan con su polen al jilguero de ojos tristes
Que pulula sin aliento recordando a Venus.
La dama de corazones se ha caído del tapete
A la torre los alfiles han sacado del tablero
Y la princesa se ha mudado de castillo
Ahora en vez de ranas oye a un grillo
Que guarda con cariño en su caja de Pandora.
Mientras el, recoge moras. Su lengua es violeta.
Las ortigas se han cebado en sus tobillos
El cucú de su corazón sigue dando las horas
Relatando sístoles y diástoles sobre la hierba
A los búhos y lechuzas que cobija en su jardín.
Los guardianes de mi cielo siguen abrigando
Bajo su túnica de estrellas tu almohada
El arco iris se cimbrea en tu vientre de colores
No hay malicia en el parque de mi ombligo
Los dos somos contrastes dando aliento a los sentidos.