Un día nuevo amanece
y el celeste de mi cielo
que se fundiera parece
en tres millones de anhelos.
La luna ya se ha dormido
acunada con tambores
que traen con su sonido
hazañas de gladiadores.
Y sueña que un pueblo canta
con los ojos empañados,
una emoción que se agranda
y una ilusión en la manos.
Y un grito que se agiganta
va cruzando de oeste a este
del rojo de sus gargantas
Soy celeste...soy celeste...