Toda mi vida la destruiste,
teniendo una sonrisa en tus labios,
como el niño, cuando arranca flores;
y así tu misión concluiste;
cambiando mis alegrías con tus agravios;
y dejándome duda sobre los amores.
Me convertí para ti en fantoche,
perdiendo mi honor y dignidad;
haciendo de mi vida un túnel fusco…,
para mi es igual el día que la noche,
ahora, solo las huellas de tu mediocridad,
es todo lo que a mi paso luzco.
En mi solo duda sembraste,
fruto de amargo sabor y acre,
que pronto su cosecha dieron;
y al huir tu nunca cosechaste,
el producto de aquella masacre,
que con sus espinas me hirieron.
¡Ahora!..... ¿quién sanara las heridas?
¿quién podrá brindarme placer y calma?
¡no se si vivir o morir en mi agonía!-,
las ilusiones, con las alas rotas están caídas;
tan solo heridas hay en mi alma,
y huyeron, todas las esperanzas que tenía.