Me miras con una mirada eterna,
una mirada de despedida,
de anhelos profundos,
de honda tristeza.
Mi corazón se aferra a tí,
tal como una paloma a su nido;
no quiere olvidarte,
le da tristeza dejarte en el pasado,
no lo puede creer que ya todo terminó,
que esta historia ha llegado a su fin.
Te recuerdo enamorado, apasionado,
entregado a mí en cuerpo y alma,
siendo el mejor amante, el mejor esposo,
el mejor padre...
A esos recuerdos hermosos, mi corazón se aferra.
Yo anhelo no recordarte, para no añorar,
para no sentir, para no sufrir,
para ser libre...