Debatirse entre lo imposible
y el imposible olvido;
preguntando incesante
los porqués al alma.
No estirar la cuerda
más de lo preciso
ni dejar de anudar
los extremos imprecisos
de la barca donde navegan
los sentimientos heridos.
Debatirse entre lo imposible
y el imposible olvido...
Aún hallando las respuestas
que te aniquilan la calma...
Y que al ayer le manden rosas,
y al mañana los ungüentos
de curar desgarradas almas;
que tengo al estúpido presente
embutido en una mortaja.
Al pasado no tocadle,
porque alimentó mi infancia,
que al futuro yo he de darle una coraza
donde guardar los recuerdos,
que este presente hoy empaña
de lágrimas mis ojos
y de amargura mi alma...
En la cumbre de la noche
te fuiste a bailar con las estrellas.
Dinos, qué te dieron
que la tierra no te diera...
Nos has dejado el alma
en mitad de un bolero,
con una mano en la espalda
y un pie camino del cielo.
Te quise y te quiero, tío Pepe, porque fuiste el mejor padre que tuve.