Alexander Vortice

Poema para después de leer

Los televisores se convirtieron en deyección:

algo inusitado perturbó

el falso sosiego de los urbanitas,

al tiempo que en las radios y en los diarios

anunciaban el fin de los tiempos.

 

Yo nunca he dejado de leer los panfletos

que me ultrajan, ésos que atestiguan

que mi cuerpo es una entidad interfecta;

 

mas, después de leer todo lo que es erudito,

rasgo mi armadura en de cien mil pedazos

y me atrevo a escribir un poema inconmovible

que me asegura que los efectos y las rebeldías

son algo más que promesas irrealizables.