(Homenaje a José Martí)
“Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido:
mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo.”
Mi verso canta a la tierra,
a todos los verdes lares;
canta a montes y palmares,
al arroyo de la sierra.
Mi verso también se encierra
entre las olas y el faro.
Viene de ese mundo raro
donde se abraza al color
y si se tiñe de amor,
mi verso es de un verde claro.
Mi verso tiene colores,
para cantarle a la vida;
iris, que encuentra guarida
entre los diurnos albores.
Mi verso vuela a las flores,
toca las aves y un nido.
Adquiere otro colorido
cuando se inspira en la rosa;
se viste de mariposa
y de un carmín encendido.
Mi verso vive soñando
en su periplo de estrellas,
donde las humanas huellas
el rumbo van señalando.
Mas, si por error, rimando,
queda exiguo, desvaído;
en místico susurrido,
al reordenar porciones
viviendo sus emociones,
mi verso es un ciervo herido.
Mi verso canta a la brisa
en una isleña silueta,
donde el sol, la piel le reta
al arco de una sonrisa.
Mi verso cruza de prisa,
llega siempre sin reparo.
Monarca de cada claro,
fortuna que no es en oro,
mi verso es un tocororo
que busca en el monte amparo.