Te hice leyenda
Sentada en el andén de mis recuerdos
Contemplo un mágico y bello prisionero
Su alma se ha mostrado,
con un vacío en la mirada,
Lleno de nostalgias, de tristeza;
De cenizas de sueños y glorias consumados
Por la hoguera del tiempo,
Es un niño, un mundo de sueño postergado
Que ahora es MITO es LEYENDA...
Fue mi más bello y triste poema,
Su alma cubierta de silencio se desviste ante mis ojos,
No puede ocultar su búsqueda constante,
Prisionero de la vida,
Prisionero de su sombra,
Ni siquiera El sabe lo que busca,
Solo cuando se encuentre a si mismo
Alcanzará la paz y la gloria anhelada
Ahora se desnuda las palabras en sus labios
Es verbo que fluye removiendo recuerdos
De un amor sin medida.
Hiere, ofende, golpea....
¡burbuja de sueños y quimeras!
Mientras este pecho mío te abraza, te besa,
Te acuna en sus mágicos y recónditos secretos.
Prisionero, ven palpa, toca mi herida
Son las huellas que dejaron tus manos en mi cuerpo,
En mi alma, que con delirio grita en silencio
La necesidad de hacerte mío...
Si mío...por que fuiste mío,
Y ahora sueño solamente una milésima de instante
Atravesar el umbral de todos los misterios,
Aparearte en mis sentidos
Y poner para siempre un cerrojo de auroras
Con sabor a despedida
Que vivirán por siempre en mi alma.
No temas, no habrá lágrimas amargas,
Estas lejano al muelle aquel de mis heridas
Ahora solo hay quietas olas de nostalgia que invaden el olvido
Sabes bien que en ese espacio se quedó dormido el mar en su locura
No temas, mi libertad y la tuya fueron ya consagradas