Aquel beso intenso, que me diste
Me dejaste abrumada, ante tal acción
Que en mí el deseo surgió
De aquel momento, prendido quede
Fue entonces, sin darme cuenta
Que mi cuerpo inquieto, te deseo.
Sensaciones juegan en mi interior
Alocando las ideas, de mi fijación
Quiero explorar y profundizar tu ser
Sintiendo el estremecer de las caricias
De unas manos inquietas
Buscando la serpiente
Que se hallaba adormecida
En la calida y recóndita arena.
Deslizándose así embravecido, hacia el mar
Nadando en estas aguas turbulentas
Con el incontrolable vaivén de las olas.
La desesperación de lo inagotable
La agonía de no ser salvado
Continuando hasta el desvarío.
De dos cuerpos entusiasmados
De haber encontrado la delicia de
Lo que estaba escondido
En las profundas aguas del placer
El mar devuelve, dos cuerpos
Sumergidos por el éxtasis
Vivido por el estupor
Desafiante de la pasión.
Iven M.