Ayer he comido cerezas y soleadas frutillas con Vientos del bosque
Hoy he bebido nieve granizada con Cenizas del Puyehue.
Mañana las lágrimas no empañaran mi mirada y sé
que podré observar el turquesa del Lago
cuando éste se acople en una entrega sensual e infinita
más allá de la Cordillera, con el rojizo horizonte.***