Desde mi propia niñez
mamá escribe poesía
y yo siempre admiré
todo lo que escribía.
En su afán literario
me contagiaba sus sueños
y sus paisajes imaginarios
los recorrí sin quererlo,
Y es que ella con su pluma
y su tierna inspiración
me llena de ternura
el alma y el corazón.
Mi mamá hace versos
y navega entre sus letras
y yo le noto por dentro
su alma de poeta.
Yo no sé si algún día
podré ser como ella:
linda como su poesía
por la que vive y sueña.
Soy gran admiradora
de su obra escrita
porque es soñadora
sentimental y bonita.
Por tener esa dicha,
doy gracias al cielo,
mi madre es poetisa,
la admiro y la quiero.
Yo sin llegarlo a pretender,
y sin cambiarles el tema,
he llegado a ser…
Para ella, un poema.
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