¡No! Ya basta de tanto dolor,
salir de la oscuridad deseo,
fuiste todo, ahora, nada eres...
Vete ya, déjame vivir en paz.
Con lágrimas compré el derecho
que la vida me sonría y vivir,
disfrutar cada momento,
sin lamentos ni recuerdos.
Sin fantasmas, ni congojas,
¡dando dádivas de amor!
Annabella
18 de julio, 2011