Me duele pensarte durmiendo a solas
mientras en mi cama
mi propia soledad arropo,
con lo bien que se duerme a tu lado,
con lo bien que me sienta despertar con tu abrazo
nuestras soledades hoy,
no se hacen compañía.
Mis sábanas frías me hacen extrañarte,
me obligan a pensarte y desearte y,
en sueños,
ser tuya.
Tú, mirando hacia algún otro lado
y yo, ocupada con mi propia vida
es triste que queriéndonos tanto
no logremos empatar nuestro día a día.
Desde niña me gustabas
y hasta el día de hoy, he podido decirlo
hoy, que estando en igualdad de circunstancias
cada uno en libertad
sin compromiso alguno,
siendo adultos.
Me duele pensarte durmiendo a solas pues,
así pueda yo entregarte
con mi cuerpo, el alma;
no podemos encontrarnos en tiempo y
compartir nuestras vidas.
Me duele tanto pensarte durmiendo a solas
como me duele la soledad
que me abraza
hasta caer dormida.